En esto del interné hay gente que tiene gracia. El otro día descubrí la web de un señor llamado Tyler Vigen que realiza una serie de estudios sobre “correlaciones espurias” donde, medio en serio medio en broma, se hacen vinculaciones que no tienen nada que ver de forma objetiva pero que asombrosamente coinciden de forma secuencial. Así, por ejemplo, el señor Vigen demuestra que en los años que Nicholas Cage rueda mas películas, aumenta en una proporción parecida el número de fallecimientos en las piscinas (y viceversa) o lo parejo que va el hecho que la gente coma queso con el número de muertes producidas tras enredarse entre las sábanas, la cual tiene un crecimiento sostenido asombroso (la correlación es del 94,1%)
Esto es lo que se suele llamar “correlación ilusoria” que podríamos definir como las asociaciones falaces que se hacen entre dos situaciones que no tienen nada que ver una con la otra, lo cual con esto del gordo de Navidad está on fire ya que la gente busca el número con, no sé, la fecha de nacimiento de su hijo pensando que así tiene mas opciones de que le toque algo. Porque ustedes me dirán qué tendrá que ver comer queso con morir entre sábanas o que tu hijo naciera hace 3 años con el hecho de que salga la niña bonita el día 22. Estas vinculaciones impropias no son mas que una deriva del conocido “sesgo de confirmación” (término acuñado por el psicólogo Peter Wason en los 60): cuando alguien tiene una idea fija preconcebida aprovecha cualquier circunstancia para reforzar la misma aunque objetivamente tenga o no que ver. A mi (gusto personal), Nicholas Cage me parece un actor flojo, pero no por ello creo que tenga culpa alguna de que la gente muera en las piscinas. En cambio, alguien quien tenga el mismo gusto cinéfilo que yo, pero que haga uso de la “correlación ilusoria” o del “sesgo de confirmación”, podría afirmar falazmente: “¿Veis? Cage es un actor tan malo que hasta los años donde hace mas películas se producen mas muertes”.
Comento esto porque leo asombrado como opinadores que saben de compra de empresas lo mismo que de física cuántica vinculan el hecho que la tesorería del Sevilla esté maciza con la posibilidad de venta del club. Es más: he llegado a a escuchar que se está “inflando artificialmente” el cash de la entidad (mas de 60 millones, según las cuentas que se van a presentar) para que así el comprador vea que hay billetaje fresco, lo cual le anime aun mas a invertir. Y esto, como me decía el otro día alguien que sí sabe algo de compra de empresas, es una sandez: si yo tengo una casa valorada en 100 y en la caja fuerte guardo 20 o la vacío y la vendo por 100 o la vendo por 120. Pero si cojo el dinero y lo invierto en un activo interesante (pongo una piscinita, cierro la terraza o lo que sea) lo normal es que la venda hasta por mas de 120.
Que el Sevilla tenga el dinero en un cajón, a efectos de venta del club, no es lo mas relevante. Si se decidiese coger la cuarta parte de los mas de 60 kilos que hay para poner una cubierta integral, hasta podrían sacar mas tajada los accionistas importantes al valer el Ramón Sánchez-Pizjuán mas. El decir que el hecho que la caja esté llena se hace para contentar al inversor es un sesgo de confirmación de manual entre los que entienden que la entidad pasará en breve a manos foráneas. Por esa regla de tres, nadie compraría acciones de Inditex, ya que casi no reparte dividendos al ser la política de Don Amancio el invertir en la propia sociedad para hacerla cada vez mas grande. En Inditex hay poco cash y mucha empresa, la cual cada vez vale mas y mas. Y los inversores que lo saben mueven su dinero ahí.
Está asumido por muchos que el Sevilla FC SAD va a ser vendido y como tal, el personal se agarra a lo primero que ve para reafirmarse en su idea (sesgo de confirmación), tenga o no que ver. ¿Que Castro no hace amplía el Estadio? Claro. Lo que quiere es mas dinero para que quien venga trinque mas. ¿Que Castro no firma un jugador del taco? Claro. Lo que quiere es que el que llegue no se encuentre la caja vacía ¿Que Castro sube las entradas 5 euros? Claro. Lo importante es reforzar la tesorería del club para una venta. Y así. Yo, realmente, desconozco qué va a pasar ya que me faltan datos. Puedo, como todos, tener mi opinión por lo que veo, leo o escucho, pero ni la mas remota idea de qué va a suceder, máxime cuando la cantinela de la venta lleva años sonando como inmediata pero, sobre todo, porque en el fútbol nunca eleven nada definitivo.
A la hora de comprar empresas los inversores utilizan decenas de parámetros analizando cuestiones que van mas allá incluso de lo meramente crematístico. De hecho -opinión personal- uno de los motivos -no el mas importante- de que no se haya vendido el club a esta hora lo componen la ingente panda de hijos de puta (en el sevillano sentido de la palabra) que componemos esta afición; aun a riesgo de generalizar es una obviedad que no destacamos por ser dóciles los que acudimos al Ramón Sánchez-Pizjuán, por lo que Sevilla no será plaza fácil para quien venga. Invertir muchos millones de euros cuando el cliente es protestante no es de estar muy católico. Pero bueno, volvamos al lío. Como digo hay muchas cuestiones a analizar que van mas allá de mirar si la hucha del cerdito está llena. En la actualidad, cumplir con los parámetros financieros que exige la liga resulta vital, cosa que el Sevilla hace con una solvencia asombrosa, a diferencia de otros equipos que están en el alambre. Y luego infinidad de cosas mas como poseer activos importantes, capacidad de enajenación de los mismos, rentabilidad financiera, ratios de deuda, resistencia social, coeficientes de solvencia, marco jurídico de la competición, revalorización de la marca, posición estratégica, etc. Son decenas de cuestiones las relevantes en este aspecto y casi todas ellas, objetivamente, te invitan a ver al Sevilla FC SAD como el caramelo mas goloso del país en su sector.
Por todo ello lo malo no es intrínsecamente comer mucho queso o ver películas de Nicholas Cage. El peligro, como todo en la vida, está exactamente en la justa medida y en ser plenamente consciente de qué haces y cómo lo haces. Ni siquiera vender el Sevilla o no tiene que ser malo per se. Lo importante es saber cómo lo haces, a quién lo haces y las condiciones en que dejas lo que se forjó en décadas de esfuezo por tantas almas. Los negocios propician extraños compañeros de cama, eso es indudable. Pero ten cuidado quien metes en la tuya. Porque ahí, comas o no queso, si corres el riesgo de morir entre tus sábanas.
Álvaro Yanes (@salmonpalangana)