miércoles, 12 de diciembre de 2018

El corazón de Carlos y Ale

El 8 de marzo de 2014 un Boeing 777 de Malaysia Airlines partió de Kuala Lumpur con destino a Pekín, historia que forma parte ya del acervo conspiranoide mundial -revitalizado estos días por Stephen Curry y sus dudas sobre la llegada del hombre a la luna- al resultar absolutamente increíble que varios años después se siga como el día que desapareció la aeronave. Seguro que conocen la increíble secuencia de los hechos: avión que sale, se pierde el contacto y desaparece. No se sabe qué paso, no se han encontrado restos, no se tiene constancia de nada. Desvanecido. Como si se lo hubiera tragado la tierra.

Una de las diversas líneas de investigación puso su foco desde el primer instante en el terrorismo, ya que tal y como afirmó el Jefe de la Aviación Civil de Malasia, señor Azharuddin Abdul Rahman, se descubrió que dos pasajeros accedieron al avión con pasaporte falso, lo cual puede ser indicativo de las aviesas intenciones de los polizones. Cuestionado por la prensa por el aspecto de los farsantes, el Jefe Abdul Rahman se reclinó en su asiento y dijo

¿Conocen ustedes a Balotelli, verdad? Pues a Balotelli se parece uno”

Por un instante imagínese la situación. Dentro de la solemnidad espantosa que supone hablar de un posible caso de terrorismo con mas de 200 muertos y con el miedo de un posible repunte en una cuestión tan controvertida como los accidentes aéreos, va este señor y no se le ocurre otra cosa que hacer un paralelismo futbolero. De una tensión brutal se pasó en un segundo a la mas sonora de las carcajadas comunales. Si sabemos quien es Balotelli dice el nota...




El fútbol está en todos lados. Está en la conversación que tuviste esta mañana con el compañero de desayuno o en tus planes de mañana, donde has cambiado la cita del dentista para ver al Krasnodar al que quieras batir en la primera fase de una competición que ganaste cinco veces, pero que la sueñas como el segundo después del zurdazo de Puerta. Lo estuvo en la conferencia de prensa de un Jefe malayo de aviación para hablar de posibles atentados terroristas en aviones que no encontró mejor forma de ilustrar una situación penosa. El fútbol es la cosa mas importante entre las menos importantes, como dijo Valdano, Menotti o Sacchi (que mas da). Esta mañana sigue usted hablando del teatrillo montado en la Junta por los que mandan, del descaro de quien mancilló un apellido, o del pregón sevillista de Cadenas, Alejandro, socio de nuestra peña y que como tal merece nuestro reconocimiento. Porque en Alejandro -como antes Carlos Jiménez que también estuvo enorme, aunque tapado por la grandiosa intervención de Ale, la mejor que se recuerda en años- está la verdad de esto. Está la verdad de lo que significa tener sentimiento y amor por unos colores desde que se nace hasta que se muere. Alejandro y Carlos, Carlos y Alejandro, son ADN puro sevillista, fieles de Nervión, de esos que nunca se rinden, cosa que bien saben los que nos tuvieron enfrente y que pueden empezar a temer los que nos tendrán enfrente. Así que nos van a permitir que desde esta humilde peña roneemos un poquito de lo nuestro. Del discurso de Alejandro, donde todos los que sentimos en sevillista nos sobrecogió y nos pone los vellos de punta solo pensar el lío que formó.

Recuerdo una vez que Paco González se preguntaba una cuestión tan simple como maravillosa: “¿por qué el sevillista es tan sevillista?” . Literal. A uno de los grandes periodistas de Madrid le llamaba la atención las muestras de cariño que hacia unos colores tenemos los que habitamos esta ciudad, una de las mas pobres del país, que no es nada del otro mundo en cuanto a población, y que ni siquiera tiene un equipo claramente predominante en lo social a diferencia de otras importantes de España. Y lo es, Paco, por muestras de amor indubitado como la de Alejandro, que pudiendo haberse hecho millonario prefiere seguir soñando con seguir en su casa. Nuestra casa, la de todos los sevillistas, la de nuestros mayores, que con sangre, sudor y sevillismo construyeron un templo donde se viven noches mágicas admiradas por el mundo futbolístico. Aquí. Donde vivimos un jueves de feria inolvidable y obligamos con nuestro fútbol a un directivo del Madrid a bajar al vestuario del árbitro. Aquí donde Podestá marcó el gol en el sur o el Mami otro en el Norte que nos llevó a donde nunca debimos abandonar. Aquí. Donde vimos debutar a Reyes, la clase de Renato, los goles de Luisfa, la presencia de Kanouté, la locura de Alves, la maestría de Ever o los cojones de Caparrós. Aquí. Donde Alejandro, Carlos, tu corazón y el mío quiere estar.